Cuzco y Valle Sagrado de los Inkas
Nos vamos de Lago Titicaca para bajar a Cuzco, capital intemporal de los Inkas, ubicado a unos 3600m de altura.
En nuestro camino se encuentra el sitio arqueológico de Tipón. Es un sistema amplio y completo de culturas agrícolas en terrazas, equipada de canales de agua labrados en piedra.
La ciudad de Cuzco es caótica (estamos en Perú), numerosos triciclos motorizados sirven de taxi y se colan en la circulación densa y claxonanta. La arquitectura es una mezcla de bases incas y muros coloniales. La plaza central es imponente con su catedral y una otra iglesia a su lado. Cuzco es también la capital turística de Perú y a cada esquina alguien quiere vendernos algo, eso nos cansa mucho.
Pasamos mucho tiempo en el barrio popular de mercado central, paseamos entre frutas y verduras, evitando las zonas de carne (demasiado malolientes), para acabar con un jugo delicioso tipo “zanahoria/mango”, dos copas por 80cts€.
Hace 550 años Cuzco fue el centro del imperio de los Inkas. En sus alrededores se ubicaban varios templos y otras construcciones importantes para la civilización. Después de la invasión española la parte mayor fue abandonada, y además saqueada, destrozada y reutilizada para otras construcciones más “católicas”. Afortunadamente a pesar de todo se quedan muchas ruinas absolutamente magnificas que demuestran la grandeza pasada de ese imperio.
La ciudad es dominada por la fortaleza de Saqsaywaman, conocida por sus piedras cortadas y unidas con gran precisión. La más grande pesa unas 100 toneladas.
Al este de Cuzco se ubica una zona llamada «el valle sagrado de incas». Allí visitamos el sitio de Pisaq. Fue una otra gran ciudad fortaleza, ubicada a la falda de una montaña, que reunía a varios barrios, templos y el cementerio.
Después visitamos los Salinas de Maras, piletas de sel en terrazas ubicadas a unos 3000m de altura. Están explotadas desde los Incas (a ver antes!) y la tecnología no cambiaba mucho.
A unos kilómetros de ahí se encuentra el grupo arqueológico único en su genero, las terrazas de Moray (3500m). Comprende un enorme conjunto de andenes circulares con 4 galerías ligeramente elípticas. Por sus características climatológicas de éste lugar, fue considerado en la época Inka como un centro de experimentación agrícola donde se logro desarrollar diferentes variedades de maíz y producción de semillas adaptadas a diversos pisos ecológicos.
Seguimos y volvemos en valle sagrado para visitar la ciudadela Inka de Ollantaytambo, un complejo militar, religioso, administrativo y agrícola.
Desde ahí empieza nuestra aventura hacia el Machu Picchu. Antes de perseguir, hay que saber que la visita de este sitio, el mas turístico de América del Sur, se amerita!
Etapa 1: a Cuzco encontrar la estación de ferrocarril, hacer cola desde 7 de la mañana para comprar un boleto de tren a 34$/pax/ida (soló 28km!) para como muy pronto en 4 días (si no es 40 a 70$ ida..).
Etapa 2: volver al centro de Cuzco para hacer otra cola para comprar el boleto de ingreso al sitio de Machu Pichu «126 soles o sea 43$/pax» (bueno, pagábamos el medio precio con nuestras cartas del estudiante nuevas…). O sea un día perdida para se hacer sacar dinero por una empresa chileno – inglesa, los dueños de Orient Express, que ganan unos miles de dolares cada día, sin reservar nada para Perú…
En este momento la situación es un poco especial: como consecuencia de inundaciones, el sitio de Machu Picchu fue cerrado durante 3 meses hasta el 1 de abril. Los raíles fueron deteriorados, los accesos alternativos por rutas destruidos parcialmente por los deslizamientos de tierra. Ahora solo una parte de ferrocarril está rehabilitada y los vagones que fueron de buen lado pueden llevar los turistas hasta la estación Machu Picchu. En lugar de 2000 personas por día en una temporada normal, solo 800 pueden acceder al sitio cada día.
Cogemos entonces este tren famoso, pasamos la noche en un hostal a Aguas Calientes al pie de Machu Picchu, y el día siguiente a las 4h30 de la mañana, empezamos a caminar de noche (400m de desnivel) para llegar a la entrada del sitio antes de las 6h de la mañana. Todo eso para poder cansarse un poco más y subir a cerro de Wayna Picchu que domina las ruinas (300m de desnivel más, pendiente medio a 70°). Cuando llegamos hay 60 personas ya en frente de la entrada cerrada (40 de ellos preferían hacer cola desde 4h de la mañana para coger un bus a 7$/ida a las 5h30).
La maravilla está en su cumbre cuando descubrimos la ciudad perdida de los Inkas, parcialmente en nubes. El paisaje es el más impresionante. Estamos a unos 2400m de altitud en una vegetación frondosa de tipo jungla. Alrededor de nosotros se encuentran cerros redondos pero altos, están muy cerca y las valles son encajonadas.
Temprano en la mañana, antes la afluencia de los turistas, se puede ver las viscachas (una especie de conejo) trepar a las ruinas. Durante el día en un camino aislado, por casualidad y sobre todo por suerte, veremos incluso un oso negro de unos 1m50! Aparentemente seria una especie vegetariana en el peligro de extinción.
Y las ruinas? Nos encantaban, seguro, aunque no sabemos cual fue su función exacta: una fortaleza, un templo, un centro elitista universitario donde se estudiaba ciencias?, agricultura, teología y sobre todo astronomía.
En fin, aunque es una estafa financiera costosa de tiempo perdido, nos gustaba mucho la magia del lugar y fue un día excelente.
A la vuelta hacia Cuzco, nos paramos a unos 3800m de altura a Cerro Sacro para un vuelo biplaza encima el plano de Maras, con para decoración el valle sagrado, la cordillera de Urubamba y los cerros a unos 6000m. Es nuestro primero vuelo en Perú!
Pasamos la noche a Chinchero, pequeño pueblo poseedor de una linda iglesia colonial construida sobre los bases Inkas. Numerosos aldeanos venden acá su artesanía de calidad.
Hasta la vista Chile
Estamos de nuevo a San Pedro de Atacama. Esta vez vamos a disfrutar del calor del verano para bañarnos en la laguna Cejar en el centro del salar. Su agua es muy salada, flotamos como en El Mar Muerto! En el fondo reina el volcán Licancabur.
Rápidamente vamos hasta la costa del Pacifico, a Iquique, la mecca de parapente suramericano donde fuimos ya. Las condiciones de vuelo son siempre buenos, quizás mejores!
El “Fypark” de Phillip no está vació en este fin de temporada. Reencontramos con Alain (Suizo) y Alejandro (Chileno) que viven acá y encontramos con Katryn (Austria), Stefan (Austria), Maartens (Bélgica) , Heath (EEUU), Jeremy (Canadá), Guillaume (Francia) y Fabi (Suiza). Juntos volamos, festejamos, comemos el tiburón y al fin de semana vamos a Pisagua, por supuesto para volar!
Pisagua es un pueblo de pescadores que fue Peruviano antes la guerra del Pacifico. Después, durante la dictadura de general Pinochet, el pueblo fue transformado en campo de concentración para opositores de régimen… Para nosotros, voladores, Pisagua es ante todo un terreno de juego ideal, lejos de todo, cerca del mar, de grandes dunas y de lobos.
Los adiós hechos, continuamos hasta Arica donde pasamos la noche a una playa de kitesurfer (playa corrazones) donde también se puede volar cuando el viento es bueno.
Y aquí estamos ya a Perú !