Latitud cero
Dejamos a ustedes justo después de la frontera con Perú, en el sur del país, en su parte Oriental. La pista para regresar a la civilización fue difícil para nuestro coche. Para otros compañeros que viajan con un 4×4 ya fue duro. Pero hemos pasado! Atravesamos los pendientes vergonzosamente empinados y feos, después los barrizales numerosos…
Al final del día entero de pista (unos 150km…) encontramos de nuevo la ruta asfaltada que nos lleva hasta Vilcabamba – ciudad de la juventud eterna (hay mucha gente que vive hasta 100 años) – después a Loja, capital de la región del mismo nombre. La primera carga de combustible es un regalo, aquí el lleno de 70 litros de diesel vale menos de 15 euros!
A Saraguro se llevará el día siguiente un mercado regional. Los habitantes de esta ciudad y alrededores llevan la ropa negra. Las mujeres en vestido y los hombres en pantalón corto y botas negras. Las mujeres llevan también los magníficos collares de perlas con color.
Seguimos más al norte, siempre en el corazón de la cordillera. El paisaje es montañoso, muy verde y húmedo. No hemos pensando de tener tanto frío en esta latitud! Tenemos una “cita” a Cuenca, tercera ciudad del país y nos apresuramos en llegar a la hora. En el camino nos cruzamos con un otro van matriculado EEUU. Transporte un Australiano y su novia Polca, ellos también de viaje pero desde norte al sur.
Finalmente pasamos 4 días en Cuenca, ciudad cosmopolita, limpia y agradable para vivir con sus edificios coloniales muy lindos. Está recorrida por las coches recientes y hermosas, es un gran contrasto con otras metrópolis suramericanas.
Muchas personas tienen interés por comprar nuestro coche pero desgraciadamente la ley ecuatoriana prohíbe la importación de vehículos usados de más de un año.
Pauté es una pequeña ciudad al norte de Cuenca fuera de ejes principales. Nuestra sola razón para ir allá esta por supuesto el parapente. A Pauté encontramos a Pablo, ferretero del pueblo pero también piloto apasionado por el vuelo libre. El día siguiente por la mañana volamos junto con el y 2 otro pilotos. Más que el vuelo, es la recepción que nos marcará: Pablo nos deja la llave de su casa familiar, Patricio, el otro piloto nos invita para comer, todos adaptan sus horarios de trabajo para poder volar con nosotros… una buena lección más de hospitalidad!
En la ladera de la montañas se ubica la panamericana ecuatoriana flanqueada de decoro magnifico. Nos paramos rápidamente a Azogues antes de volver debajo de nubes.
En vano a unos 4000m de altura en el frío y la niebla, esperaremos que la vista de volcán Chimborazo se despeja. Chimborazo es la cumbre la más alta del Ecuador con sus 6310m pero también – parece – la más alejada del centro de la tierra, como esta ultima es aplastada en los polos. ¿Es la verdad?
El día siguiente no se ve siempre nada entonces empezamos la bajada loca pasando desde frío de las alturas hasta el calor sofocante de la costa ecuatoriana. Dejamos atrás la vegetación baja para las enormes plantaciones de bananeros. El contraste climático es fuerte, en Guayaquil, la primera ciudad de Ecuador (cerca de 2M de habitantes), casi lamentamos el frío de la noche pasada. Pasamos rápidamente por su paseo costero y su parque donde viven las numerosas iguanas!
De prisa vamos a la playa, la verdadera, con su arena fina y su agua a unos 25°C. Es un regalo de erigirse en la costa, al lado del océano y pasar sus noches acunados por idas y vueltas de olas, al fresco de la brisa del mar.
Un avión nos espera en Guayaquil, nos vamos a las islas de Galápagos!
Llegando a la destinación conocemos a nuestros compañeros de crucero. De doce pasajeros del barco, todos son jóvenes (en los otros barcos todos son mayores), dos son Ingleses, dos son Alemanes, los otros Franceses. 10 de nosotros viajan desde 6 hasta 15 meses. Los Alemanes visitan las dos Américas en motos, los otros se dan la vuelta al mundo con los transportes locales (avión, bus, tren). Subimos al bordo de nuestro pequeño velero y nos vamos en el mar. Aquí está nuestro recorrido:
Nos encantaron los animales absolutamente no asustados para nuestra presencia, las tortugas terrestres gigantes, las iguanas, los piqueros patas azules, los piqueros enmascarados, el vuelo de los albatros, la parada enamorada de las fragatas magnas que inflan un bolsillo rojo abajo de su cuello, el descubrimiento del mundo submarino con una masca, tuba y aletas, la natación con grandes tortugas marinas, rayas, numerosos peces multicolor incluso tiburones! Durante una navegación diurna, tenemos suerte de cruzar con un banco de delfines (unos 100 individuos)! Muchas de los animales que viven en las islas son endémicos y por su definición no se encuentran en algún otro lugar del mundo. Parece que Darwin publicó su teoría de la evolución después de pasar unas semanas en Galápagos.
(P.S. Las fotos submarinas son de Zylke, no son nuestras. Vielen Dank!)
Lado crucero, los amigos fueron simpáticos, comimos muy bien y mucho, el tiempo pasó muy rápido. Los únicos que no nos faltaran son las noches acunadas por el ruido sórdido del motor… las distancias son largas ente diferentes islas y el numero de días contado!
En cuanto volvemos en el continente, regresamos en la costa para pasar una noche tranquila a Puerto Cayo antes de ir a Crucita, su playa y sobre todo su sitio de vuelo libre. Esta tarde el viento está propicio y Julien vuela primero solo y después conmigo en biplaza hasta la noche.
El día siguiente seguimos más al norte hasta Canoa, un otro pueblo muy simpático dotado de un sitio de parapente donde una otra vez Julien vuela hasta la noche.
Dejamos la costa y el océano Pacifico a Pedernales, 7 km más arriba que la linea del ecuador. Es un momento un poco melancólico para nosotros porque probablemente es la ultima vez que vemos el Pacifico durante nuestro viaje!